Cada palabra de tu boca,
cada suspiro de tu ser
hacen caer una hoja
en una cesta de papel,
y poco a poco se va formando
una plasta de mi ser, que da
como resultado una muestra de la fe.
Primavera, verano, otoño e invierno
así año con año siguió,
hasta que todas esas hojas, crearon mi corazón.
Pero este comienza a fundirse lentamente con
el mar, se deshace torpemente junto mi alma de cristal.
Se pierde entre las olas cada recuerdo del ayer,
se mueren claramente los reflejos de tu ser.
Solo un trozo de ese corazón alcanzo el final del mar,
se estanco en la tierra hasta que el sol volvió a llegar,
se seco muy despacio, y el viento hizo su aparición,
lo poso en un nuevo árbol para comenzar un corazón.
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